miércoles, 19 de mayo de 2021

Cecil Beaton

Cecil Walter Hardy Beaton (HampsteadLondres14 de enero de 1904 – Reddish House, Wiltshire18 de enero de 1980) fue un fotógrafo y modista británico, actividades que compaginó con la dirección artística de producciones cinematográficas y teatrales, recompensada con tres premios Óscar y con cuatro premios Tony.

Beaton nació el 14 de enero de 1904 en Hampstead (Londres), hijo de Ernest Walter Hardy Beaton (1867-1936), un próspero comerciante de madera, y de su esposa Etty Sissons (1872-1962). La empresa familiar (Beaton Brothers) había sido fundada por su abuelo Walter Hardy Beaton (1841-1904). Sus padres fueron actores aficionados.

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Cecil Beaton y sus hermanas Nancy y Barbara, llegando a un Eton

Cecil Beaton fue educado en la Heath Mount School (donde fue intimidado por su compañero Evelyn Waugh, después famoso novelista) y en la St Cyprian’s School de Eastbourne, donde su talento artístico fue reconocido rápidamente.

Su niñera utilizaba una cámara Kodak 3A, y fue ella quien comenzó a enseñarle los rudimentos de la fotografía, que ponía en práctica con sus hermanas y su madre, quienes posaban para él.

Posteriormente asistió a la Harrow School, y a pesar de su nulo interés por el mundo académico, se matriculó en el St John’s College de Cambridge, donde estudió historia, arte y arquitectura. Beaton continuó con la fotografía, y a través de sus contactos universitarios pudo publicar su primer retrato (el de la duquesa de Malfi) en la revista Vogue.

Beaton dejó Cambridge sin un título en 1925, trabajando después en diversos empleos infructuosamente, mientras continuaba casi compulsivamente con la fotografía.​ Por fin, bajo el patrocinio de Osbert Sitwell, consiguió realizar su primera exposición en la Coolling Gallery de Londres, causando un gran revuelo.

Posteriormente, se trasladó a Nueva York y poco a poco se construyó una reputación allí. En el momento de irse, “tenía un contrato con Condé Nast Publications para tomar fotografías en exclusiva para ellos durante varios años por valor de varios miles de libras anuales”.

De 1930 a 1945, Beaton estuvo alquilando un hogar en Ashcombe House (Wiltshire), donde recibió a muchas figuras notables. También compró una casa unifamiliar en Londres, en 1940.


En 1947 compró Reddish House, su casa de campo situada a unos ocho kilómetros al este del pueblo de Broad Chalke (Salisbury). Greta Garbo era un visitante habitual.

Reddish_House_Broad_Chalke

Curiosamente, la planta superior de la casa se había equipado para peleas ilegales de gallos a comienzos del siglo XX, y Beaton utilizaba las jaulas como armarios para guardar los trajes de sus diseños para la película My Fair Lady. Permaneció en la casa hasta su muerte en 1980, después de sufrir un derrame cerebral que lo dejó incapacitado de su lado derecho, frustrando su trabajo. Se procuró sustento económico durante la última etapa de su vida organizando sucesivas subastas de su material original con Sotheby. Está enterrado en el cementerio local.

El gran amor de su vida fue el coleccionista de arte Peter Watson, aunque nunca fueron amantes. Tuvo relaciones con varios hombres, entre ellos el ex esgrimista olímpico Kin Hoitsma.​ También tuvo relaciones con las mujeres, incluyendo las actrices Greta Garbo y Coral Browne, la bailarina Adele Astaire y la “socialite” británica Doris Castlerosse.


Carrera

Cecil Beaton fue conocido por su primera exposición en Londres de 1926. A continuación, tras crear su propio estudio de fotografía (dedicado a la moda y a los retratos) a finales de la década de 1920, trabajó para la edición americana de Vogue, que le contrató inicialmente como ilustrador antes de convertirse en fotógrafo. Poco después, firma un contrato con la versión británica de la revista Vogue en 1931 – hizo su primera portada en julio de 1932 -, para la que trabajó​ hasta mediados de la década de 1950, junto con Henry Clarke.

Comenzó su carrera fotografiando a sus amigos ricos y famosos. También trabajó con la revista de moda Harper’s Bazaar y para la revista Vanity Fair.

Realizó numerosos retratos de celebridades en el Hollywood de los años 1930, y fue retratista oficial de la familia real británica en 1937.

A principios de la década de 1950, acusó una cierta decadencia como fotógrafo de moda, y se convirtió en un fotógrafo independiente. En esta época, se encargó de fotografiar la magnificente fiesta organizada en su palacio de Venecia por el excéntrico multimillonario de origen hispano-mexicano Carlos de Beistegui, a quien llegó a conocer de cerca. A partir de entonces, se fue volcando en la elaboración de decorados y vestuarios para el teatro y para el cine.


Etapa de escenógrafo cinematográfico y teatral

Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Beaton empezó a trabajar en Broadway, diseñando en 1946 el atrezo, el vestuario y la iluminación de la obra El abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde, en la que también actuó.

Su logro más elogiado fue la escenografía de la obra teatral My Fair Lady (1956), que dio lugar a dos películas musicales de gran éxito por las que fue premiado con el Óscar al mejor vestuario: Gigi (1958) y My Fair Lady (1964).

Recibió cuatro premios Tony por sus montajes teatrales en Broadway. También diseñó los decorados y el vestuario para una producción de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini, utilizados por primera vez en el Metropolitan Opera de Nueva York y después en el Covent Garden. Por último, también diseñó el traje académico de la Universidad de East Anglia.


En vida de Beaton se publicaron seis volúmenes de sus diarios, desde 1922 a 1974. Las versiones íntegras, mucho más francas e incisivas, se publicaron después de su muerte.

Sus principales exposiciones se celebraron en la National Portrait Gallery de Londres en 1968 y 2004.


Algunos personajes famosos
fotografiados por Beaton

Reconocimientos y honores

Fuente Wikipedia>>


Los horrores de la guerra y la vuelta a los EEUU

A pesar de llevar una intensa vida social, cuando se declaró la Segunda Guerra Mundial Cecil Beaton no dudó en implicarse en la contienda de la mejor manera que sabía: haciendo fotos. Así, se convirtió en reportero de guerra como fotógrafo oficial del gobierno británico y de varias agencias militares.

Su cámara pasó entonces a retratar algo muy distinto de lo que había hecho hasta ahora: el horror de la guerra y cómo afectó a la gente. Sus fotos de Londres devastada por los bombardeos de la aviación alemana se publicaron en revistas de los EEUU gracias a su estrecha relación con el país que le había acogido. Especialmente sonada fue una de sus imágenes, la de una niña herida en la cama de un hospital abrazada a un muñeco, que fue portada de la revista LIFE y tuvo gran influencia para que los EEUU acabaran entrando en la contienda, algo a lo que en principio eran reacios.

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El famoso retrato de una niña herida que fue portada de Life. Imagen con licencia de dominio publico de la colección de The Imperial War Museums

Cuando terminó la guerra, Beaton regresó a norteamérica y retomó su trabajo como fotógrafo de moda y retratos aunque muy pronto inició una nueva andadura. Y es que, a lo largo de su carrera, Beaton fue dejando poco a poco de prestar atención a los retratos y a centrarse más en algo que siempre había cuidado desde que empezó a hacer fotos: la escenografía y el diseño de vestuario.

Sus contactos, y su probada capacidad para recrear la belleza y recrear atmósferas que mezclan a partes iguales glamour y dramatismo le llevarían a trabajar primero para Broadway y más tarde para los grandes estudios de Hollywood.

Y la cosa no fue menor, porque su trabajo fue ampliamente reconocido por el mundo del espectáculo. De hecho, su participación en My Fair Lady (George Cukor, 1964) le valió para ganar el Óscar de Hollywood al mejor diseño de vestuario y la mejor dirección artística, aunque cinco años antes también lo había ganado por el diseño de vestuario de la película Gigi (Vicente Minnelli, 1958).

Por todo ello, su reconocido talento y su amplio legado (que incluye miles de retratos de algunos de los personajes más conocidos del Siglo XX y varios libros de su puño y letra), no nos cabe ninguna duda de que Cecil Beaton fue uno de los grandes genios del arte, y en particular de la fotografía, de su tiempo. – Fuente>>


Trabajador incansable, en 1974 sufrió un fuerte derrame cerebral que le dejó paralizado el brazo derecho. No le importó. Aprendió a utilizar su mano izquierda. Y siguió escribiendo, dibujando y fotografiando seis años más. Murió en 1980 cuando acababa de cumplir 76 años.

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