miércoles, 16 de diciembre de 2020

Colette


Sidonie-Gabrielle Colette (Saint-Sauveur-en-Puisaye28 de enero de 1873 – París3 de agosto de 1954), más conocida como Colette, fue una novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revistas y cabaré francesa

Adquirió celebridad internacional por su novela Gigi, de 1944, que fue llevada al cine por Vincente Minnelli en 1958. Siendo miembro de la Academia Goncourt desde 1945, llegó a presidirla entre 1949 y 1954. Fue condecorada con la Legión de Honor.


Fue el último vástago de los cuatro que llegó a tener el matrimonio formado por Sidonie Landoy, más conocida como “Sido”, apelativo que también heredará, y el capitán Jules-Joseph Colette, un militar de Argelia que perdió una pierna en la batalla de Melegnano: los retrató en Sido, de 1930. Colette disfrutó de una educación laica y una infancia feliz en la pequeña villa de Borgoña (Bourgogne), de la que sacó un gran amor a la naturaleza vegetal y animal y al ejercicio físico.


Siendo aún adolescente, conoció al escritor y libertino Henry Gauthier-Villars, apodado «Willy», quince años mayor que ella, pese a lo cual se casó con él el 15 de mayo de 1893 en Châtillon-Coligny. Escribió varias novelas firmadas con el sobrenombre de Willy, quien fue su primer marido, Henry Gauthier-Villars. Willy, autor de novelas populares e individuo mundano y vividor, explotaba como “escritores fantasma” a varios colaboradores, cuyas obras firmaba y fue el primero en descubrir las facultades como escritora de su esposa, a quien animó a redactar obras que luego él firmaba sin escrúpulo alguno. Estas novelas constituyeron la serie de las Claudine (1900-1903), formada por los recuerdos de la época escolar y juventud de Colette, que sería famosa.

Colette-escandalo-3-676x1024                                                  Colette junto con su esposo, Willy, y su perro, Toby.

Indignada por las infidelidades de su marido (Willy fue amante de Marie Lousie Servat, “Germaine”, esposa de Émile Courtet con la que tuvo un hijo, Jacques Henry Guthier-Villars), y desesperada por verse constreñida al papel de esposa escarnecida y burlada, Colette fue liberándose poco a poco de su tutela; animada por Georges Wagne, se dedicó a satisfacer sus ambiciones teatrales dedicándose a actuar en espectáculos de music-hall. Lo reflejará en La vagabunda, 1910.

Fueron estos años de escándalo y liberación moral en los que descubrió su bisexualidad, pues tuvo aventuras con varias mujeres. Incluso sostuvo un trío con una de las amantes de su esposo, Georgie Raoul-Duval, de soltera Urquhart, de forma que asistieron al festival de Bayreuth juntos en 1901; Colette vertió esta historia, con leves retoques, en Claudine en ménage.

En 1906, se divorció al fin de «Willy», a quien no importaban sus aventuras con mujeres, sino sólo con los hombres, y durante los años sucesivos fue afianzándose como escritora: precisión en las palabras que describen la belleza de la naturaleza, gran poder de observación, fino análisis de la conducta de los animales y una gran voluptuosidad y sensualidad expresadas con estilo igualmente fresco y libre.

Tuvo otras amantes notorias, como la rica heredera norteamericana Natalie Clifford Barney, o Sophie de Mornymarquesa de Belboeuf, más conocida como “Mitzi”, “Missy” o “tío Max”. También tuvo algunas amigas: las escritoras Helène Picard, que fue su secretaria, y Marguerite Moreno, esposa de Marcel Schwob. Entre los hombres, por supuesto, los escritores Jean Cocteau y Paul Valéry, pero le fue imposible estrechar una amistad con André Gide: eran como agua y aceite.

colette-768x506                          Colette en 1907 en la obra Rêve d’Égypte (Sueño de Egipto).


Siempre con una agitada vida sentimental, Colette conoció a Henry de Jouvenel, un periodista, redactor jefe de Le Matin, con el que se casará en 1911 y tendrá a su única hija, que llamará en provenzal Bel-Gazou.

Colette colaborará en el periódico de su esposo, Le Matin, con diversos artículos y reportajes (hasta la Gran Guerra en Contes des mille et une matins). Pero se divorciará en 1923, no sin convertirse escandalosamente, en amante de su hijastro Bertrand de Jouvenel, de diecisiete, iniciándole además en la escritura. Esta experiencia, ya con cuarenta años, le servirá a Colette para desarrollar los temas y situaciones de dos de sus más famosas novelas, Chéri y Le Blé en herbe.

Colette colaboró con el compositor Maurice Ravel, entre 1919 y 1925, para hacer la fantasía lírica L’Enfant et les Sortilèges. Por su parte, Léopold Marchand colaboró con Colette en las adaptaciones teatrales de Chéri y La vagabunda (en 1921 y 1923, respectivamente); su mujer, una judía polaca, también amiga de Colette, cuando perdió a toda su familia en la II Guerra Mundial se hundió en la desesperación y se suicidó.


En 1932 publicó Lo puro y lo impuro, que, según Goudeket, es “el más difícil de sus libros y, a la vez, el más original. Dudo que se haya escrito algo más intenso y más exacto sobre los sentidos, especialmente del sexual, acerca de su soberanía y su tristeza” (Junto a Colette, cap. X). Se trata del originariamente llamado Estos placeres…, que es una especie de biografía del periodo más tétrico de vida de la poetisa lesbiana inglesa de expresión francesa Renée Vivien, que había conocido personalmente. La primera entrega salió en semanario Gringoire, pero el director recibió tantas protestas escandalizadas que no llegó a ver la luz la segunda.

011126-000_0                                       Retrato de la novelista Colette, Jaques-Émile Blanche (1905)

Diez años antes, aunque menos brutalmente, El trigo verde había recibido el mismo trato en la sección de cuentos de Le Matin, cuando ya andaba por la mitad de la obra. Goudeket sugiere que lo realmente subversivo del libro era el no emplear un tono didáctico para hablar de temas escabrosos: en Estos placeres…, aborda comportamientos sexuales distintos de los más habituales sin dejar nada en la sombra. Colette decidió cambiar de título al libro a Lo puro y lo impuro, dijo, porque le molestaban los puntos suspensivos.

800px-Colette_1932_(2)                                                                                  Colette en 1932


De 1933 a 1936, asumió la crítica teatral en el periódico Le Journal, sucediendo a Catulle Mendès y G. de Pavlowski, y durante cinco años asistió a ensayos generales cuatro o cinco días a la semana, cultivando la crítica impresionista que llena los cuatro volúmenes de La jungla negra, lo que hizo decrecer su producción narrativa.

En 1936, apareció Mis aprendizajes, que narraba la vida de Colette en la época de las Claudines, y en 1937 publicó su primer volumen de relatos, Bella Vista, al que siguieron otros tres libros destacados: Cuarto de hotelEl quepis y Gigi (1944).

Ya en el cénit de su talento y su gloria, se instaló en un apartamento cerca del Palais-Royal, en el que vivirá hasta su muerte, haciendo escapadas de dos meses en verano a Saint-Tropez, o a viajes esporádicos a Nueva YorkBerlín, a España, a Gibraltar, a los fiordos noruegos en el yate “Eros” de Henri de Rothschild o a Montecarlo.

Colette


Un amigo de antaño, que había conocido en 1925, el periodista de origen judío Maurice Goudeket (1889-1977), será su tercer y último marido, desde 1935. Goudeket, después de haber pasado por el campo de concentración de Compiègne (1941-1944), del que Colette no pudo lograr sacarlo, la ayudará al final a soportar una terrible artritis de cadera que la relegó a una silla de ruedas a partir sobre todo de 1944. En 1945 fue elegida miembro de la Academia Goncourt.


En 1948 Goudeket empezó a imprimir sus Obras completas, que venía recogiendo desde hacía tres años, y se extendió su fama fuera de Francia; su libro Junto a Colette, de 1956, dará abundantes y desordenadas noticias de ella.

El 3 de agosto de 1954 en París, fallecía Sidonie-Gabrielle Colette. Más conocida como Colette, fue novelista, periodista, guionista y actriz.

Pese a su escandalosa vida, y habiéndosele negado un funeral católico por su condición de atea, la República Francesa le hizo unos funerales de estado, de forma que ha sido la única escritora francesa que ha gozado de tal honor. Está enterrada en el cementerio del Père Lachaise (París).

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