domingo, 4 de octubre de 2020

Luis Mariano


Mariano Eusebio González García, conocido artísticamente como Luis Mariano (Irún, Guipúzcoa, España), 13 de agosto de 1914 – París, 14 de julio de 1970, fue un tenor español.


Alcanzó gran notoriedad como tenor, cantante de operetas y como actor de películas musicales durante los años cincuenta y sesenta, especialmente en Francia que lo consideró también suyo.

Su padre se exilió a Francia con su familia al comenzar la Guerra Civil Española. Marcharon desde Irún a Bayona, donde Mariano formó parte como cantante junto con otros músicos aficionados vascos, también exiliados, de una pequeña orquesta que tocaba en los restaurantes. Luego marchó a Burdeos, donde su padre trabajó como mecánico.

Casa de Luis Mariano en Arcangues

En la escuela se sintió más interesado por el canto y la música que por la gramática y la aritmética.
Fue admitido en el Conservatorio de Burdeos y tomó la decisión de ser cantante de ópera.

En 1940, conoció a Jeanne Lagiscarde, directora de la casa de discos Bermond. Ésta le introdujo en los medios artísticos de Burdeos.

En 1941, durante la II Guerra Mundial, se inscribió en la escuela de Bellas Artes evitando así que lo enviaran a trabajar obligatoriamente en Alemania.
Lagiscarde lo convenció para probar fortuna en París. Allí viajaron ambos con una recomendación para el tenor y profesor de canto Michel Fontécha. Los primeros meses fueron muy duros, sobreviviendo los dos con lo justo.

En 1943, gracias a Guy Lafarge, conocieron a Max de Rieux, quien lo contrató para hacer el papel de «Ernesto» en Don Pasquale. Posteriormente se entrevistó con el compositor de origen vasco Francis López.

 

 

Los programas de variedades y las galas se sucedieron, alcanzando su primer éxito el 24 de diciembre de 1945 con la opereta La Bella de Cádiz.

 

En 1946, Luis Mariano rodó su primera película, Carga clandestina. Durante los años siguientes su popularidad fue en aumento.

Su colaboración con Francis López, quien fue el autor de muchas de las letras escritas en francés, consiguió los efectos deseados: el éxito en el teatro con Cantor de México (1951) y en el cine junto a Carmen Sevilla en Violetas imperiales (1952). Las letras de López fueron traducidas al español por José María Arozamena.

 
 

Entre 1946 y 1958, Luis Mariano hizo quince operetas musicales y películas; operetas creadas por López o por otros, como, entre otras, Cuatro días en París o A Jamaica , y películas musicales como Carga clandestinaHistoria del cantarVioletas imperialesEl aventurero de SevillaSérénade en Texas o Tzarevitch.

A comienzos de los sesenta, la opereta comenzó a refugiarse en los teatros especializados. Luis Mariano fue solicitado por las televisiones y sus actuaciones continuaron teniendo éxito.
En ciertos momentos se especuló con la posibilidad de que Luis Mariano se retirase del mundo del espectáculo, con la finalidad de hacerse monje o sacerdote. Esta falsa creencia se debió a que se retiraba frecuentemente a algún monasterio para descansar.

A finales de los sesenta Luis Mariano se sentía cansado y enfermo. La enfermedad no le permitió acabar una serie de actuaciones, abandonando definitivamente la escena el 10 de mayo de 1970. Murió el 14 de julio de 1970 en París.

Sus restos descansan en el cementerio de Arcangues, en el País Vasco francés, donde Luis Mariano tenía una casa. Su tumba siempre está cubierta de flores y recibe la visita de numerosos admiradores, a pesar de los años transcurridos desde su muerte.


Luis Mariano no fue solamente un astro de la opereta. Fue ante todo un chanteur de charme (vocalista melódico), con todos los atributos de esta función: voz de terciopelo, físico agradable, sonrisa deslumbrante. Talento de múltiples facetas, hablaba varios idiomas, diseñaba sus decorados, su vestuario, los planos de sus mansiones e incluso escribió la letra de algunos de sus cantables. Jean Gabin dijo que hay artistas a quienes se admira y otros a quienes se ama. Luis Mariano pertenecía a las dos categorías. - Henri Bourtayre (compositor de música)

 
La tumba de Luis Mariano en el cementerio de Arcangues.


El multitudinario adiós de Luis Mariano

 
 
Yo he nacido en un país maravilloso que se llama el País Vasco. Dicen que nací allí por azar… y es casi cierto. Por entonces, mis padres vivían en Burdeos, pero mi madre quiso en el último momento que su hijo naciera en Irún, en la misma casa donde ella vio la luz. Tuvo el tiempo justo en llegar».
 
Estas líneas escribió Luis Mariano en 1970, cuatro meses antes de su muerte, una muerta que empezó a manifestar sus síntomas en noviembre de 1969, con las primeras representaciones de la opereta la Carablea de Oro. Era visible que hacía esfuerzos por aparecer feliz y relajado, pero su risa no tenía la alegre resonancia de antes.
 
De enero a mayo, en tres ocasiones tuvo desvanecimientos antes de entrar en escena, demostrando que algo grave le sucedía. Su rostro demacrado preocupaba a los que estaban con él y solamente su voz conservaba la claridad de su juventud.
 
Cada tarde, llegaba al teatro un hombre agobiado e inquieto. Sober la escena, cara a su público, Luis Mariano revivía… ¡pero a qué precio! El 21 de abril de 1970 fue invitado por el presidente de la República Georges Pompidou a la gran recepción de las Artes y las Letras del Elíseo. Realmente fatigado, Luis Mariano tuvo que hacer un gran esfuerzo para asistir. A la salida, Patxi Lacán, su secretario y amigo, que le esperaba en su Rolls, vio que Luis Mariano se paraba en las escalinatas, inmóvil, con la mirada perdida y con el rostro lleno de lágrimas se dirigía hacia el coche.
 
Luis Mariano trabajó todavía 19 días y este esfuerzo sobrehumano fue fatal para él porque a partir del 10 de mayo comenzó una tremenda lucha contra la muerte. Ese día tuvo la última representación en París de La Carabela de Oro y el 22 de junio sufrió la primera hemiplejia en Arcanges.
 
Fue transportado el 5 de julio a la clínica Urt, cerca de Bayona, después de sufrir la segunda hemorragia cerebral, por lo que es llevado urgentemente a París en avión el 9 de julio. Después de un dramático viaje, llegó al hospital de Salpétrière en estado insconsciente, donde murió en la noche del 14 de julio.
 
Los funerales se celebraron en Arcanges. Muchos iruneses y amigos fuimos peregrinos de la caravana del dolor en los siete kilómetros de ruta estrecha, bordeada por esa vegetación tan clásica del País Vasco que separa a la villa de la carretera nacional.
 
La campiña que rodea Arcanges estaba inundada de vehículos en hileras perfectas. Los gendarmes se multiplicaban para contener la avalancha humana. Los altavoces estratégicamente instalados, dejaban oír los cantos gregorianos y a duras penas conseguimos entrar en la iglesia y situarnos en el coro. Fernando Etxepare estaba preparado para dirigir la misa. Miguel Amantegui en el órgano. Había cantores de Irun y Hondarribia, hermanos siempre en las penas y en las alegrías. Pertenecían al Ametsa, a Irungo Atsegiña y a coros parroquiales de Irun y Hondarribia.
 
Todos quisimos participar en esta despedida emotiva, sencilla, piadosa y emocionante. A los pies del altar reposaba la caja donde descansaba Luis Mariano. Era de color claro, alegre, como era su sonrisa, como fueron sus canciones. Flores blancas y rojas daban fragancia de primavera a este ambiente pleno de congoja y aflicción. Parecía estar diciéndonos: «¿Por qué lloráis? Estad alegres. Os aseguro que si estáis plenos de bondad nos volveremos a ver».
 
Finalizó la misa con el Liberame de Perosi. Simón Zubeldia interpretó uno de los solos. Lo hizo también Miguel Cortijo -primo de Luis Mariano- tocado por la emoción.
Concluida la ceremonia religiosa, el ferétro fue portado a hombros por los hermanos Salas, Cortijo y otros amigos. El panteón familiar, de estilo vasco, muy sencillo, estaba inundado de coronas con sentidas dedicatorias.
 
La oración fúnebre de Jesús María de Arozamena emocionó a los asistentes. Vimos llorando a mujeres y a hombres. El marqués de Arcanges recordó las palabras de Luis Mariano: «A esta tierra vendré a reposar para siempre». El cadáver recibió sepultura y poco a poco se vació el cementerio. El cielo estaba limpio de nubes y revoloteaban las golondrinas.
 
Luis Mariano se fue. Nos quedan sus canciones y su grato recuerdo. –
 

El tenor Roberto Alagna grabó un disco en homenaje para que lo conociesen las jóvenes generaciones.

 

Operetas (selección)

La música de las operetas creadas por Luis Mariano es de Francis López, excepto la de Knight of the sky que fue compuesta por Henri Bourtayre.

Filmografía (selección)

Cine



Teatro

  • La caravelle d’or 1969.
  • Le prince de Madrid 1967.
  • Visa pour l’amour 1961.
  • Le secret de Marco Polo 1959.
  • Le chanteur de México 1958.
  • Chevalier du cial 1955.
  • Andalousie 1947.
  • La Belle de Cadix 1945.

 

Escultura de Luis Mariano en su localidad natal: Irún

 

Monolito de Luis Mariano en Irun

 
 

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