sábado, 18 de febrero de 2023

Oskar Schindler

Oskar Schindler (Zwittau28 de abril de 1908 - Hildesheim9 de octubre de 1974) fue un empresario alemán que salvó la vida de aproximadamente mil doscientos judíos durante el Holocausto, empleándolos como trabajadores en sus fábricas de utensilios de cocina y munición, ubicadas en las actuales Polonia y la República Checa. Su historia se cuenta en la novela El arca de Schindler, publicada en 1982, y en la película basada en ella, La lista de Schindler (1993), que lo reflejan como un oportunista que en principio solo buscaba sacar beneficios pero se convirtió en una persona de gran iniciativa, tenacidad y dedicación; logrando salvar la vida de sus empleados.

Oskar Schindler nació el 28 de abril de 1908 en Zwittau, en lo que entonces era Austria-Hungría, hijo del fabricante de maquinaria agrícola Johann Schindler y su esposa Franziska, y fue bautizado católico. 

Desde 1918 Zwittau forma parte de la recién fundada República Checoslovaca , pero la familia valora sus raíces germano-austríacas. Su hermana menor Elfriede nació en 1915. 

El matrimonio de los Schindler no fue del todo armonioso. El padre era un bebedor notorio y tenía numerosos mujeriegos. Óscar asiste a la escuela primaria en 1915, luego a la secundaria y al bachillerato. 

En 1924 fue expulsado de allí por un certificado falsificado. Sus compañeros de clase lo apodaron el «ladrón de Schindler». Después de la secundaria, asistió a varias escuelas de oficios en Brno y tomó cursos de ingeniería mecánica y de calefacción.


Oskar Schindler con su padre, Hans. Svitavy, Checoslovaquia.
Oskar Schindler con su padre, Hans. Svitavy, Checoslovaquia.

En 1936, comenzó a trabajar en el departamento de ventas de una empresa electrotécnica de Moravia en Brno, Checoslovaquia. Tres años más tarde, se encargó de gestionar una fábrica de esmaltados en Cracovia, Polonia, ciudad ocupada por los alemanes, después de que los dueños judíos de la compañía fueran despojados de la misma; sus instalaciones fueron ampliadas de 85.000 a 450.000 pies cuadrados.


Matrimonio 

Schindler contrajo matrimonio el 6 de marzo de 1928 con Emilie Pelzl (1907-2001), hija de un próspero granjero de Maletein.​ El joven matrimonio se marchó a vivir con los padres de Oskar y se instalaron en el segundo piso de su casa, donde permanecieron los siguientes siete años.


​Poco después de casarse, Schindler dejó de trabajar con su padre y probó suerte en varios empleos, entre ellos en una empresa electrotécnica de Moravia y en la gestión de una autoescuela. Después de un servicio militar de dieciocho meses en el ejército checo, en el que llegó a ser cabo en el Décimo Regimiento de Infantería del 31.º Ejército, Schindler regresó a la empresa electrotécnica hasta que ésta quebró poco después.

Por la misma época, también cerró el negocio de su padre, por lo que Schindler estuvo en el paro todo un año. En 1931, consiguió trabajo en el Banco Jarslav Simek de Praga, en el que permaneció hasta 1938.

Schindler fue detenido en varias ocasiones en 1931 y 1932 por embriaguez pública, y por entonces también mantuvo una relación con Aurelie Schlegel, amiga de la infancia. Fruto de esa relación adúltera nacieron, Oskar Jr el 21 de diciembre de 1933 y su hermana Edith el 21 de febrero de 1935. Aunque nunca se registró como su padre debido a que no creía que lo fuera, Oskar aún podría haberle pagado dinero a Aurelie para ayudar a los niños.  ​


​El matrimonio comenzó a deteriorarse. Oskar gastó 100 coronas checas de la dote (una suma considerable entonces) en un coche de lujo y otros artículos suntuosos.​ En su libro Una memoria donde la luz y la sombre se encuentran, Emilie recuerda cómo luchó por entenderlo.



En 1942, compró la fábrica en una subasta llevada a cabo por la Corte Comercial de Polonia. Su nómina, integrada principalmente por judíos, contaba con sólo 700 empleados en 1940, pero aumentó rápidamente a 1.750 para el año 1943.

La ciudad de Cracovia quiso conservar como parte de su historia reciente este edifico que fue rehabilitado como museo en el año 2000. De este modo, el estado reconocía la labor humanitaria de su director, Oskar Schindler, quien ayudó a salvar del exterminio a tantas personas inocentes.

Fue en esta fábrica en Cracovia en que los judíos, sus hijos y sus familias encontraron un refugio seguro, donde se les proporcionaba atención médica, alimento y, sobre todo, protección de las SS.

Oskar Schindler era un hombre hedonista. En sus propias palabras, estaba ‘lejos de ser un santo’, como él mismo escribió en 1956. Esas palabras fueron escritas para el director del departamento de ciencias de Yad Vashem, Dr. Ball-Kanduri, quien le pidió a Schindler que registrara su historia para el centro de documentación y el memorial de las víctimas del Holocausto.

Oskar Schindler le atribuía gran importancia a su aspecto físico. Le gustaban los automóviles rápidos, las mujeres y el coñac. Era un empresario inteligente, que acumuló una cuantiosa fortuna con la ayuda de su contador judío, Itzhak Stern. Llevaba la insignia de color rojo sangre del partido nazi, que se le entregaba sólo a los miembros más leales. Se reunía a tomar copas de vino y a cenar con los oficiales de las SS, entre ellos Amon Göth, el reconocido comandante y asesino del campo de concentración Cracovia-Plaszow.


A principios de 1940, sin embargo, este antaño seguidor ferviente de la ideología nazi se dio cuenta de que se había rodeado de un grupo de asesinos sádicos y estafadores hipócritas. “Gracias a Dios, fui lo suficientemente valiente, en aquel momento, como para tomar las medidas necesarias ante lo que se había vuelto tan evidente y doloroso, rescatar y salvar lo que quedaba por salvar”. 

Cuando desde el Gobierno General primero se les prohibió a los judíos trabajar y luego se los deportó a los campos de exterminio, la mayoría de los empleadores de Cracovia despidieron a sus trabajadores judíos. Oskar Schindler, sin embargo, actuó en favor de sus empleados y en pocos días construyó un campamento en la empresa. Por otra parte, le dio refugio a 450 trabajadores de tres compañías cercanas en el campamento improvisado en el predio de la empresa, salvándolos así de lo que los nazis llamaban a modo de eufemismo ‘reasentamiento’.


Oskar Schindler financió el campamento con su propio dinero porque no se concedieron subsidios estatales. Durante años, gastó millones de marcos imperiales para salvar a sus trabajadores judíos de la muerte segura. El alimento se racionaba y no se destinaba nada a los judíos, por lo que Oskar tenía que comprar grandes cantidades de comida en el mercado negro. Había hecho cercar el campamento y construido varias instalaciones esenciales, incluyendo habitaciones, cloacas, baños y clínicas médicas y dentales.

A pedido de sus trabajadores judíos, empleó a sus padres y otros familiares, que no estaban en condiciones de trabajar, con el fin de salvarlos del exterminio. Sus memorias dan cuenta de un esquema de suministro constante de dádivas, préstamos y sobornos al partido y a los oficiales de las SS a fin de proteger su empresa. El respeto que la compañía mostraba hacia los judíos la sumió en el desprestigio.

Schindler negociaba con altos oficiales de las SS para salvar vidas, mientras se enfrentaba al peligro constante de ser enviado, él mismo, a un campo de concentración por ofrecer sobornos a funcionarios públicos.

Amon Göth fue el principal destinatario de los sobornos, que consistían principalmente de diamantes. La liberación de una mujer judía de Cracovia, que fue encarcelada por una violación menor al reglamento de control de cambio, tuvo un costo de 50.000 eslotis polacos en sobornos para el médico nombrado por las SS Dr. Sopp, quien luego proporcionó un informe médico que establecía que la paciente debía permanecer en un centro de salud. Una cirugía vital para otra mujer judía costó 14.000 eslotis para la compra de equipamiento médico en el mercado negro. Schindler dejó su lujoso apartamento y se mudó a una pequeña habitación al lado de su fábrica. Pasó nueve meses allí para estar atento a lo que ocurriera con el personal. Tenía la intención manifiesta de ‘sobrevivir con estas personas o perecer juntos en la lucha por este objetivo’.


Cuando en 1944 el Ejército Rojo avanzaba rápidamente, se le ordenó a Oskar Schindler evacuar su fábrica. Los 20.000 judíos atrapados en Cracovia iban a ser enviados a los campos de exterminio. A pesar de la oposición feroz y los grandes obstáculos, Oskar Schindler luchó encarnizadamente para obtener el permiso del Alto Mando del Ejército para trasladar a sus empleados judíos a una hilandería propiedad de los hermanos Hoffmann en Brünnlitz, Bohemia (actual Brněnec).

Dispuso de toda su fortuna y energía para salvar a todos los trabajadores judíos que le fuera posible: finalmente, la lista de Schindler contenía los nombres de 800 hombres y 300 mujeres.

“El desorden, la burocracia, la envidia y la malicia fueron obstáculos que hicieron que el traslado de mis judíos pareciera a menudo ilusorio y me llevara al borde de la desesperación”.


La fábrica de Oskar Schindler en Cracovia, 2011
La fábrica de Oskar Schindler en Cracovia, 2011

Al cabo de alrededor de cuatro semanas, logró afortunadamente reunir a todos sus trabajadores judíos en Brünnlitz. Los sobornos, sin embargo, debían continuar. “Los altos funcionarios del gobierno, los jefes económicos, los líderes de las SS de Cracovia-Plaszow y Auschwitz, los muchos secretarios subalternos del Ferrocarril Oriental Prusiano, el departamento de armamentos, el Alto Mando del Ejército, los miembros de los comités especiales y de reasentamiento, todos querían su parte”.

Oskar Schindler gastó grandes sumas para saquear el mercado negro y así conseguir mercancías que escaseaban, tales como cigarrillos extranjeros, schnapps, café verdadero, jamón. El campamento de trabajo de Brünnlitz también se tuvo que ampliar. El costo financiero que implicó la protección de los 1.200 judíos ascendió a un total de casi 2,7 millones de marcos imperiales.

La biógrafa de Oskar Schindler, Erika Rosenberg, cree que él llegó a este cálculo en 1945, a pedido del Comité de Distribución Conjunta, una organización de ayuda fundada en 1914 para los judíos que escaparon en Europa y Palestina. En reconocimiento por haber salvado a tantos judíos, el Comité de Distribución Conjunta se aseguró de que Oskar Schindler recibiera una pequeña compensación.

Durante la operación de rescate, Schindler mantuvo su entereza gracias a estar rodeado de sus amigos judíos. Le tenía un profundo agradecimiento a su contador, Itzhak Stern, con quien mantuvo un estrecho contacto hasta su muerte.

Itzhak Stern (Cracovia25 de enero de 1901 – Tel Aviv Israel1969) fue un judío polaco, contable industrial de Oskar Schindler. Trabajó como contable en la empresa de Schindler Deutsche Emailwarenfabrik, situada en el centro de Cracovia, siendo de gran ayuda en la gestión de la misma. Se le atribuye la redacción de la lista de nombres conocidos como la «Lista de Schindler», una lista de judíos que sobrevivieron al Holocausto gracias a la intervención de Oskar Schindler.

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Su esposa Emilie, también le ayudó a salvar a otros 107 hombres judíos que habían sido transportados en vagones de ganado desde Goleschau, un campo subalterno de Auschwitz, hasta Zwittau en enero de 1945. Mientras Oskar Schindler recibía a los hombres escuálidos en su campamento, su esposa condujo 200 millas para intercambiar dos maletas llenas de vodka por los medicamentos que los recién llegados necesitaban con desesperación.

Oskar Schindler (segundo por la derecha) posa con un grupo de judíos que rescató un año después de la guerra (1946). ——Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU., cortesía de Leopold Page Photographic Collection

Oskar Schindler (segundo por la derecha) posa con un grupo de judíos que rescató un año después de la guerra (1946). ——Museo Conmemorativo del Holocausto de EE. UU., cortesía de Leopold Page Photographic Collection


Gracias a sus leales amigos judíos, Oskar Schindler pudo huir hacia el oeste cuando los soviéticos avanzaron sobre Zwittau, haciéndose pasar por uno de ellos. Uno de los judíos lo condujo en un camión hacia la ciudad de Ratisbona en Baviera, donde él y su esposa pasaron cuatro años.

Tras aceptar la invitación de algunos amigos judíos, Oskar Schindler y su esposa se mudaron a Argentina en 1949. Después de una serie de intentos fallidos por ganarse la vida en el nuevo país, le dejó a su esposa una granja avícola endeudada y regresó a Alemania Occidental en 1957 con el fin de enviarle respaldo financiero desde allí. Consideraba que el gobierno le pagaría una equiparación de cargas, una forma de compensación financiera para los alemanes que habían sufrido daños en su propiedad como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y sus secuelas.


Entre 1962 y 1968, Schindler recibió pagos compensatorios por un valor de 177.651 marcos alemanes. Con dos tercios del pago cubrió deudas e impuestos; con el resto se hizo cargo de una fábrica de cemento y una cantera en Hochstadt, en el sudoeste de Alemania. Pero carecía de la solidez financiera necesaria para que la fábrica prosperara y se vio obligado a declarar la quiebra en el transcurso de un año.

Quince años después del final de la guerra, llegó a la triste conclusión de que la  desnazificación había fracasado de manera estrepitosa cuando una oleada neonazi avanzó por todo el país.

Más de una vez fue víctima de ataques verbales e incluso físicos, y fue tildado de traidor por sus compatriotas. “Judío asqueroso, deben haberse olvidado de llevarte a la cámara de gas”, le gritó a su jefe uno de los trabajadores de la fábrica mientras lo golpeaba con una barra de hierro.

En los años siguientes, la salud de Oskar Schindler se fue deteriorando rápidamente. Si bien sus viajes anuales a Jerusalén, donde los judíos le rendían homenaje con entusiasmo, le levantaban el espíritu, su determinación de afianzarse en la sociedad, de a poco fue disminuyendo, dando lugar a una depresión aguda. Los premios que recibió poco hicieron para animar su estado de ánimo sombrío.

Schindler rodeado de sus sobrevivientes durante una visita a Israel en los años 1960
Schindler rodeado de sus sobrevivientes durante una visita a Israel en los años 1960

En 1962, plantó un árbol en la Avenida de los Justos, en Jerusalén y fue honrado por el estado de Israel con la distinción de Justo entre las Naciones.

Oskar Schindler con su árbol de Yad Vashem
Oskar Schindler con su árbol de Yad Vashem

En 1966, fue condecorado con la Primera Clase de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania.

En 1967, Leopold Pfefferberg, un sobreviviente del Holocausto, creó el Fondo de los Sobrevivientes de Schindler. Más tarde ese mismo año, Oskar Schindler fue galardonado con el Premio de la Paz Martin Buber.

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Los problemas de salud se acumulan

Los dos viajaron mucho juntos, a pesar de su enfermedad renal, diabetes, problemas cardíacos y degeneración del disco. Pero en comparación con el derrame cerebral que sufrió en diciembre de 1973, estos fueron de naturaleza menor. Este derrame lo dejó paralizado del lado derecho, pero sorprendentemente no afectó su capacidad para hablar.


Oskar nunca se recuperó por completo de su derrame cerebral. En los años que siguieron, su salud siguió deteriorándose, por lo que tuvo que someterse a una operación de emergencia en el Hospital St. Bernward de Hildesheim . Durante la semana anterior al 24 de septiembre, sufrió hinchazón de los pies, dificultad para respirar, pérdida del apetito e insomnio. Se decidió colocar un marcapasos. Durante la operación Oskar cayó en un coma del que nunca despertó. 
Oskar Schindler murió el 9 de octubre de 1974 a la edad de 66 años. Su cuerpo, debilitado por la diabetes , los riñones, el corazón y otras dolencias, se había rendido.

Por pedido propio, Oskar Schindler fue enterrado en el cementerio franciscano de Jerusalén.


Tumba de Schindler en el Monte Sion de Jerusalén.
Tumba de Schindler en el Monte Sion de Jerusalén.

Monumento a Schindler en Svitavy, su localidad natal.
Monumento a Schindler en Svitavy, su localidad natal.

Libros y cine

Mieczysław «Mietek» Pemper (CracoviaPolonia24 de marzo de 1920 – AugsburgoAlemania7 de junio de 2011) fue un ciudadano alemán de origen polaco superviviente del Holocausto. Ayudó a recopilar y mecanografiar la famosa «lista de Schindler», que permitió salvar las vidas de 1.200 personas durante la Segunda Guerra Mundial.

El judío que realmente pasó a máquina dicha lista fue Mietek Pimper, quien fue asesor de Spielberg en el film, aunque no aparece como personaje en el mismo, pues el director prefirió hacer recaer el peso dramático protagonista en Stern.

Pimper fue reclutado por Goeth como mecanógrafo personal pues hablaba y escribía muy bien el alemán. Tenía memoria fotográfica así como una inteligencia prodigiosa que le permitió almacenar datos sobre las operaciones de los SS, entre ellas, el cierre del campo de Plaszów y la eliminación de sus presos. Su testimonio fue vital en el juicio contra Amon Goeth y otros SS. Vio imágenes espeluznantes como la de Goeth disparando a presos desde su balcón, o que sus perros –de raza gran danés- matando a presos a dentelladas y después se alimentándose con su carne. Spielberg no quiso que esto último se reflejara en el film. La discreción de Pimper fue muy importante para su supervivencia.


En 1980 el escritor australiano Thomas Keneally visitó por casualidad la tienda de maletas que Pfefferberg poseía en Beverly Hills mientras iba de camino a un festival de cine en Europa. Pfefferberg aprovechó la oportunidad para contarle a Keneally la historia de Oskar Schindler y le entregó copias de documentos que tenía archivados, por lo que el escritor decidió crear una historia con toques ficticios. Tras una extensa labor investigadora y entrevistas con algunos de los «judíos de Schindler» supervivientes, en 1982 se publicó su novela El arca de Schindler, titulada en Estados Unidos La lista de Schindler.​

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La novela fue adaptada al cine en 1993 en la película La lista de Schindler, del director Steven Spielberg. El cineasta estadounidense, de religión judía, adquirió los derechos de la novela en 1983, pero sintió que entonces no estaba preparado emocional y profesionalmente para afrontar el proyecto y por eso ofreció los derechos a otros directores.​ Sin embargo, tras leer el guión que Steven Zaillian escribió para que Martin Scorsese adaptara la novela de Keneally, Spielberg cambió de opinión y decidió intercambiar con Scorsese sus respectivos proyectos. De esa manera Scorsese dirigió El cabo del miedo y Spielberg La lista de Schindler.​

En la película, el personaje de Itzhak Stern —interpretado por Ben Kingsley— es una combinación de Stern, Bankier y Pemper.​ En la entrega de los premios Óscar de 1993, el actor Liam Neeson recibió una nominación como mejor actor por su interpretación de Oskar Schindler y el filme ganó siete premios de la Academia, incluido el de mejor película.

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La maleta de Schindler

En 1997 se descubrió, en el apartamento de Ami y Heinrich Staehr en Hildesheim, una maleta perteneciente a Schindler que contenía fotografías históricas y documentos. Schindler había vivido con la pareja unos días justo antes de su muerte. El hijo de los Staehr, Chris, llevó la maleta a Stuttgart, donde los documentos fueron analizados detenidamente en 1999 por Wolfgang Borgmann, editor científico del periódico Stuttgarter Zeitung. Borgmann escribió una serie de siete artículos publicados por el diario entre el 16 y el 26 de octubre de 1999, los cuales se publicaron finalmente en forma de libro. Tanto los documentos como la maleta fueron donados en diciembre de 1999 para su custodia al memorial del Holocausto Yad Vashem, en Israel.

La copia original de la lista de más de 1200 judíos conocida como la Lista de Schindler (MAD/ME/HB)
La copia original de la lista de más de 1200 judíos conocida como la Lista de Schindler (MAD/ME/HB)

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